22 Sep Voy a colarme en tu vida
Permíteme, querido lector, meterme en tu casa a partir de ahora. Y, si puedo, también en tu corazón y en tu cerebro.
Hoy es la primera vez que escribo un post como tal. Sí, soy un modesto escribidor de algunos artículos en prensa y en otros medios, y también puedes escucharme en la radio o visitar mi Canal YouTube. Sin embargo, como tal, para mi blog, en mi propio lugar, esta es la primera vez que escribo un post. Pero, ¿qué es un escribidor sin lectores?
Yo pretendo que me leas. Es más, pretendo meterme en tu casa para que, incluso, me sigas y reflexiones conmigo sobre lo que compartimos. Ya sé que es un objetivo MUY ambicioso, pero parafraseando a Confucio, “si alguien señala hacia la luna, no miremos el dedo… eso es de necios”. Quiero decir que, para alcanzar un objetivo, éste hade ser alcanzable, pero ambicioso. Y yo voy a ser ambicioso para que, no sólo me leas, sino que seamos amigos y pequemos juntos “de pensamiento, palabra, obra” y ninguna omisión.
Así que, querido lector “Alea Iacta Est”. Este es un camino de no retorno que inicio hoy contigo, si así lo quieres.
La cuestión esencial son los valores
Para sentar las bases de nuestra relación, te diré cuáles son mis valores. Si las personas se van de las empresas, básicamente, por la discrepancia con los valores de las mismas, creo que es importante que conozcas los míos para que decidas, de saque si quieres acompañarme en este viaje de reflexión conjunta.
Creo firmemente en la confianza, casi como compendio de todos los valores en los que me veo reflejado. Una vez me dijo una amiga que mi mayor fortaleza es que inspiro confianza en mis clientes. En aquel momento quizá no valoré en su justa medida sus palabras; hoy en día considero que es una de las cosas más bonitas (importantes) que alguien me ha dicho. Aun a riesgo de parecer presuntuoso te diré que es verdad. Así que estoy seguro de que también el resto de mi entorno me tiene por una persona confiable y tú, que ya formas parte de ese entorno espero que así me consideres. La confianza en realidad es la clave de las relaciones humanas.
Respeto es otro de los valores que procuro cultivar. ¡El respeto profundo y mutuo es tan importante y tan escaso en estos tiempos!
Aprecio también la amistad; y la cultivo. La felicidad y el optimismo son otros de mis valores. Ello no quiere decir, ni mucho menos, que haya alcanzado la felicidad plena -más bien ando en la búsqueda de las pequeñas felicidades- ni que no tenga días malos.
Esta es la propuesta que te hago, querido lector. Y, adelantándome a tu respuesta, te doy las gracias por abrirme tu puerta y dejar que me cuele en tu vida. ¡GRACIAS!
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